6 beneficios de los aceites esenciales

beneficios de los aceites esenciales

 

Los aceites esenciales están cada día más presentes en nuestras vidas. Tanto desde la HerboCosmética como desde la salud natural. Es indiscutible su eficacia en numerosos campos y cada  vez el mundo científico va aportando pruebas y estudios de ello.

En este artículo quiero mostrar  6 beneficios de los aceites esenciales que te acabarán de convencer de su gran utilidad

1 Acción antibiótica, antiviricida, antifúngica, sin crear resistencias ni dependencias

Los aceites esenciales están especialmente preparados para enfrentarse a microorganismos de cualquier calaña. La mayoría de aceites esenciales tienen algún tipo de propiedad de este tipo. En este blog encontrarás algunos artículos al respecto (ciprés, orégano, eucaliptus radiata, árbol del té …) 

Suele ser habitual que un mismo aceite combine propiedades. Así por ejemplo puede ser antibiótico y antiviral a la vez, lo cual le confiere una potencia de actuación mayor además de evitar infecciones oportunistas como tantas veces ocurre con los hongos.

No crean resistencias porque los aceites esenciales están formados por numerosos principios activos. Y cuando digo numerosos quiero decir más de 20, y más de 50 o más incluso. Estos principios activos actúan en sinergia. A diferencia de los medicamentos de síntesis que constan con 1, 2 o quizás 5 principios activos que los microorganismos no tardan en desactivar.

 

2 Acción sobre inflamaciones y dolores sin crear efectos secundarios ni dependencias

En este ámbito actúan también sobre alergias, sarpullidos, y afecciones de la piel. 

Los beneficios de los aceites esenciales que actúan en esta esfera se deben a que actúan sobre la causa del dolor o la inflamación  y no solamente sobre sus síntomas. Por esta razón, tampoco crean dependencias los aceites esenciales que actúan como antiinflamatorios y antidolor. 

3 Acción potenciadora del sistema inmunológico sin crear dependencias

Los aceites esenciales estimulan la respuesta inmunológica del organismo. Unas veces facilitando el trabajo de los órganos correspondientes , otras estimulándolos y otras apoyándolos. Pero nunca realizan una acción de sustitución. No crean dependencias porque actúan potenciando las defensas del cuerpo, no sustituyéndolas

4 Acción sobre estados psicológicos de la persona sin crear efectos secundarios ni dependencias

Como todos sabemos, estos aceites desprenden un olor. A menudo son usados en cosmética o en perfumería simplemente por su olor. Pero en terapia, este olor puede usarse para actuar sobre el sistema límbico. Todos los aceites esenciales tienen un efecto en nuestro sistema límbico, nos demos cuenta de ello o no. Algunos sin embargo afectan de una manera más evidente que otros, y estos son los aceites que actúan sobre el sistema nervioso.

Así por ejemplo algunos aceites son capaces de relajar, preparar para el sueño y desestresar, y otros en cambio nos impulsan a movernos, a actuar. 

Estas cualidades permiten que los aceites puedan usarse en forma de difusión, ya sea creando ambiente en espacios o bien de forma individualizada con perfumes personalizados. 

5 Permitir que otros tratamientos con hierbas o incluso medicamentos sean más efectivos 

Pueden colaborar con otros tratamientos facilitando su asimilación por parte del organismo. Puesto que  pueden haber casos de incompatibilidad, este beneficio tiene que estar monitorizado por un profesional.

6 Reequilibrar el terreno personal para que el organismo pueda regenerarse

De hecho este último beneficio es en realidad el resumen de todos los anteriores. Los aceites esenciales buscan siempre el equilibrio en todos los aspectos. Actuarán allí donde sea necesario y sólo allí. Un aceite esencial con propiedades antibióticas sólo actuará sobre las bacterias nocivas para nuestro cuerpo, sin tocar a las bacterias amigas. Un aceite relajante, relajará a la persona que no lo esté, a la que ya esté relajada no le relajará más. 

 

Un aceite esencial es algo más que una suma de principios activos, es un producto elaborado por un  ser vivo para sostener la vida.