DETOX IFICARSE O MORIR

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Imagen de Sean Hayes en Pixabay

 

La detox esta de moda. Cada vez es más frecuente encontrar productos y servicios destinados a tal fin. Vivimos en un mundo tan contaminado que la detox triunfa como una solución de supervivencia. Pero ¿has parado a pensarte el porqué de la detox más allá de lo de limpiarse “por dentro”? En este artículo te comparto mi reflexión en torno a esto y porque la toxemia es enemiga de la vida, al menos de la nuestra.

 

¿DETOXIFICARSE DE QUÉ?

Expongamos primero a los indeseados, esos de los que queremos deshacernos por nuestro bien. Básicamente son dos, o puede que dos  y medio: Los residuos metabólicos y los metales pesados. Los parásitos suman el medio ya que se alimentan de los dos anteriores

 

RESIDUOS METABÓLICOS

Los residuos metabólicos forman parte del plan de funcionamiento “normal” de nuestro organismo. Estamos diseñados para gestionarlos en perfecto equilibrio a menos que … a menos que alguna hipofunción orgánica esté trabajando de menos en ello o a menos que haya un exceso de residuos metabólicos que nuestro cuerpo no puede gestionar. Algo parecido a un exceso de demanda que la oferta no puede colmar.

Por desgracia es habitual que ocurran ambas circunstancias, un exceso de residuos metabólicos en un cuerpo hipofuncional. Y para más inri  una situación retroalimenta a la otra.

 

Clica aquí para leer el  artículo:

Los 6 residuos metabólicos que tu cuerpo tiene que expulsar para sentirse sano

 

Si estos residuos se acumulan en vez de expulsarse, el interior del cuerpo se vuelve más y más tóxico para las células que lo habitan. Tanto una dieta  desequilibrada como un exceso de comida o una calidad nutritiva baja de la misma facilitan esta acumulación. Si la limpieza diaria y cotidiana no logra dar salida a la situación, entonces se impone una limpieza general y concentrada. Es lo que viene llamandose detox. La situación de cada cual determinará el tipo de detox, la duración y la recurrencia. El sentido común inclina a pensar en dejarse acompañar por un profesional si la cuestión es seria. A veces las detox no son agradables de pasar

 

METALES PESADOS

Los metales pesados se introducen en nuestro cuerpo de mil y una maneras inimaginables: los respiramos, los bebemos y nos los comemos. Ah y también en ocasiones se inyectan.

La intoxicación por metales pesados generalizada que sufre la población actual es una consecuencia del tipo de vida actual.

Los metales pesados más habituales que afectan nuestra salud son:

Mercurio, aluminio, plomo, cadmio, niquel, arsénico

Los 3 primeros son neurotóxicos y afectan a las neuronas del cerebro. Las consecuencias de ello son nefastas para la persona, llevándola a comportamientos inapropiados y a afectaciones neurológicas. Practicamente todos, oficial o extraoficialmente son reconocidos carcinógenos, con lo que no conviene tenerlos demasiado tiempo pululando en exceso por nuestro cuerpo

 

 

CONSECUENCIAS DE LA TOXEMIA SOBRE LA SALUD

Dicen que el dinero llama al dinero. Algo parecido ocurre con las toxinas. Una toxina atrae a la otra y producen una mezclolanza que sólo trae dificultades al correcto desarrollo de las funciones corporales

 

REDUCE LA ESPERANZA DE VIDA

El continuo desgaste que la toxemia produce agota la fuerza vital con celeridad. Nuestro organismo pone todo su empeño en sobrevivir, aún a costa de otras menudeces como la esperanza de vida. Prioridades vitales se le llama, y puedes imaginarte a tu cuerpo diciendo: mañana ya veremos, pero hoy vas a sobrevivir a la intoxicación por toxemia, voy a hipotecar  (pon aquí el órgano o función afectado) y tiramos para adelante

 

ALTERA EL METABOLISMO

No se funciona igual en una mesa limpia y ordenada que una mesa repleta de cosas desordenadas, con papeles cayéndose o con polvo del año pasado, verdad? Pues tu metabolismo y la compleja red de comunicación hormonal igual. A más toxicidad, peor funciona todo. Un cuerpo tóxico es un cuerpo ácido y esto comporta cambios metabólicos en varios órganos. Por no hablar de lo que ocurre en los intestinos, ya sabes, la maravillosa flora intestinal alterada por los matones de los tóxicos que arrinconan las bacterias “buenas” y alimentan a las “malas”

 

DESCIENDE LA CALIDAD DE VIDA

La toxemia genera hipofuncios e hiperfunciones tanto orgánicas como funcionales. En otras palabras, que la lía. No es posible el pleno rendimiento de las potencialidades de nuestro cuerpo cuando algunos de sus engranajes no giran correctamente, ya sea por falta o por exceso. En consecuencia, la calidad de vida empeora, restringiendo las posibilidades de acción y enfermando más a menudo

 

DIFICULTA LA CONCEPCION

Este es un efecto colateral que quiero mencionar. Cuando el desequilibrio funcional por toxemia afecta a un órgano encargado de la concepción, qué puede pasar? Que ésta se dificulte, y si se produce, que el embarazo sea complicado. Da un poquito de pena que los residuos metabólicos, los metales pesados o los parasitos esten impidiendo que el mundo tenga una nueva mamá deseosa de serlo, o un nuevo papá, que la toxemia afecta a ambos.

 

¿CÓMO INFLUYE LA TOXEMIA EN EL SISTEMA INMUNOLÓGICO?

La toxemia puede poner en jaque al sistema inmunológico no sólo creando desequilibrios funcionales y orgánicos sino también alimentando a bacterias, hongos y parásitos que gustan de estos entornos tóxicos y ácidos. Además facilita un estado de inflamación crónica que genera nuevos residuos metabólicos en un nunca acabar de retroalimentación. 

 

¿Y LOS PARÁSITOS?

En realidad es más de lo mismo.  Retroalimentan la toxemia creando a su vez nuevos residuos, los suyos propios, tanto al excretar como al morirse. Agudizan un estado inflamatorio crónico y provocan comportamientos desafortunados en el portador incitándolo a alimentarse peor.

 

 

Si las detox son una moda, bienvenida sea y que venga para quedarse. Si no podemos bajar el índice de intoxicación en el día a día, que al menos hagamos uno o dos intensivos al año para ir manteniendo unos niveles aceptables de toxemia.